miércoles, 31 de agosto de 2022

agosto 31, 2022 0

“ASÍ, SERÁS UNA BUENA ESPOSA”

 Por: Mariana Alejandra Pilco Calizaya. 

“Tienes que aprender a cocinar para que tu marido no te abandone” Esta es la filosofía de mi abuela Amparo. Una mujer de 78 años, amante de la limpieza, bondadosa y complaciente con los necesitados. Jamás ha permitido que un hombre toque algún plato u escoba en su casa ni que una mujer se vista mal o que tenga el cabello suelto como una “bruja”. Es su filosofía y forma de vivir, guste o disguste.


Es la menor de cuatro hermanas. Proviene de una familia disfuncional. Vivió en una época en la que era mejor, callar y nunca contradecir. Es la hija que estaba lista para la vida, la única que comprendía su posición en el hogar, mientras que sus hermanas “descarriadas” querían ser independientes, tener una carrera y viajar por el mundo. Su lugar era, fue y será la cocina.


¿Siempre fue así? Tiempo atrás, ella reflejaba mucha dulzura cuando se quedaba en casa tejiendo chompas y chalinas. Se levantaba a las seis de la mañana y se colocaba cinco, seis hasta siete chompas. Iba a la tienda para comprar los víveres y cocinaba en sus ollitas mientras escuchaba Radio Felicidad. Solía pasear y de vez en cuando visitar a sus comadres y ahijados. Esperaba a mi abuelo para que cierre todas las puertas y apague todas las luces. Era su rutina.


Sus consejos no parecían malos. Frases como “ve a jugar con tus muñecas, los autos son muy aburridos” o “solo las niñas tristes se ponen prendas oscuras” eran inofensivos y amables. Todo empeoró cuando empezamos a crecer.


A pesar de los gratos obsequios que nos entregaba, nos decía que deberíamos vestirnos con falda y polos de cuello tortuga para no llamar la atención de los hombres en las calles. La comida que preparábamos tenía que ser perfecta en el sabor, color y su presentación en la mesa. Cada vez que la visitábamos, nos decía las “graves” consecuencias de tener enamorado antes de los veinticinco y vivir solas o separadas de la familia. Es lamentable que en todos sus cumplidos termine diciendo: “…porque así serás una buena esposa”


No podemos reclamarle del todo, gracias a ella aprendimos muchas cosas como coser, barrer, cocinar, tejer, lavar y limpiar. Pero mi madre se sentía muy incómoda. Cada vez que tenía la oportunidad de comprarnos cosas, mi abuela la criticaba: “¿Por qué tan corto? ¿por qué tan llamativo? ¿Por qué oscuro? Las estas educando mal, lo mejor sería que vivieran conmigo”. Esa última frase fue la cereza del pastel. Mi madre no pudo soportarlo más, solo le tomó una semana para conseguir una pequeña casita, llevarnos en un camión de carga y empezar de nuevo.


Pasaron casi seis años. Mientras armábamos el árbol de Navidad, recibimos una llamada de mi padre. A mi abuela le diagnosticaron malformación de Chiari, una enfermedad en la que una pequeña porción del cerebro desciende a la columna vertebral, Mi padre nos suplicó que viajáramos para visitarla.


Al llegar a su casa, mi abuelo nos abrió la puerta. Nos saludó con alegría. Estaba empapado, al parecer estaba lavando su ropa a mano. Mi abuela se encontraba en el sofá. Cuando nos miró, se levantó, pero extrañamente caminaba como si estuviera tambaleando de izquierda a derecha. Mi padre la sujetó de un brazo. Se veía tan diferente. Vestía con un buzo ancho y una chompa negra, estaba desmaquillada aún con sus ruleros en la cabeza.


Cuando estábamos almorzando, mi madre comentó sobre las carreras que mis hermanas y a mí habíamos elegido. Esperábamos una queja suya o que nuevamente la critique a mi madre. ¡Oh sorpresa! Mi abuela le agradó mucho la noticia: “Me siento muy orgullosa de ustedes, mi manera de pensar ya no es la misma. Esta enfermedad me ha afectado mucho. Ya no puedo pasear, comer o vestir como antes. Quiero que sean profesionales y que sean mejores que yo, no esperen que algo malo les pase para que se den cuenta de sus errores”.

agosto 31, 2022 0

EL MERCADO SIN CLIENTES

 Por: Andre Bernal Lazo.

Todos los mercados del mundo, tienen clientes por montones. Bueno, casi todos, la feria de Villa Paraíso en el Cono Norte, sigue esperando a los cientos de compradores. Pero, la espera puede desesperar. Apenas casi 6 puestos donde venden frutas, vegetales y abarrotes, esperan a sus potenciales compradores ¿Hasta cuándo?  Nadie lo sabe, lo único cierto, es el único centro de abastos con más vendedores que compradores.

La escasa clientela lo pone en jaque. La gran feria queda entre un parque y un terreno baldío. Supuestamente las ventas serían abismales, pero otra es su realidad.

De sus 14 estands de madera y calamina, un puesto que vendía huevo y pollo y un restaurante fueron los primeros. Aunque en otros había material de venta cubierta con plástico.

 

Se invirtió más en el sitio con dos puestos más hechos de metal con sus puertas enrollables, una adelante y otra atrás, aún vacías. La mayor actividad en las mañanas es por lo que hay frente a feria: un puesto ambulante de pan, cuatro por un sol. Los progresos son lentos pues ya teniendo tiendas abiertas, aún no hay la actividad comercial deseada.

 

Un par de horas después del nacer del sol en el Misti, la cumbia comienza a sonar en unos altavoces encima de las puertas de la feria que se abren. El carrito del pan se para en donde siempre para después su mercancía ser vendida por completo. El tardón que llega una hora después de la apertura solo recibe la frase “no hay”.

 

Las primeras horas del mercado nos dan la bienvenida las presencias de dos puestos: Una tienda de abarrotes y una tienda de huevos. Sobre la primera, su dueña, Elsa, abrió una tienda en su casa que fracasó, según vecinos, por los precios de los productos que estaban inflados desde veinte céntimos como mínimo a un sol como máximo; intentó vender nuevas cosas cosas como cerveza, embutidos, helado y alfalfa, pero tal problema junto con la apertura de más tiendas con precios cómodos selló el destino de su negocio. Ahora en la feria busca una segunda oportunidad.

 

Rosa, dueña del otro puesto, tiene una historia antónima, su tienda nacida en casa si fue exitosa, pero este fue de su madre originalmente. Se intentó “expandir la marca” pero los productos se ven escasos.

Cerca de las 11 de la mañana, se abre la frutería, un puesto de leña, un puesto de ropa, un puesto de especias y otro de abarrotes. Ya todo queda listo para el medio día, desgraciadamente la clientela es reducida. Varios mercados exitosos llevan en sus paredes pintados los logos de un banco o financiera, esta feria la necesita, necesita la ayuda de una de estas instituciones para que pueda progresar.

 

Los baños aún no están terminados y hay montículos de tierra detrás de los puestos metálicos, lo cual es un indicio de que el mercado no está terminado todavía. El toque final para este proyecto nacido prematuramente es ese financiamiento necesariamente importante. La Feria de Villa Paraíso correrá riesgo de no vender nada si no se desarrolla como debería.



agosto 31, 2022 0

SENDEROS QUEBRADOS

 Por Aldahir Luque. 


Segundo año de Ing. Ambiental, apasionada por el baile, Katherine Monroy Huanca, dejo la calidez de su familia con apenas 17 años para construir su futuro en Arequipa.


Futuro frustrado, cuando fue hallada muerta en su habitación, asfixiada y quemada, por quien alguna vez dijo amarla, Renso Condori. Katherine forma parte del 45 % de mujeres asesinadas antes de los treinta años.


El incremento de las penas  no persuade  a los feminicidas, esta medida aunque de sinceras intenciones, no puede acabar por si sola con este problema social, mientras haya la ausencia de diversas políticas relacionadas y orientadas a resolverlo, casos como los de Katherine se volverán a repetir.


Katherine Monroy Huanca había terminado la relación que sostenía con Renso Condori el domingo 18 de noviembre. Tres días después, miércoles en la madrugada, el cuarto que rentaba en el segundo piso, de la asociación Francisco Mostajo Paulet – Miraflores, se incendiaba. El fuego ocultaba un crimen, como lo demostraría la posterior investigación de la policía. La familia que vivía en el primer piso, abandono la vivienda ante el aumento de las llamas, Katherine no aparecía, por lo cual junto a los vecinos, vociferan que salga de la casa, sus esfuerzos no pudieron hacer mucho, los bomberos encontraron el cuerpo, que en un primer momento se pensó que se trataba de una muerte causada por el fuego.


En horas de la mañana donde ya se sospechaba del delito de feminicidio, aparece en los alrededores el exnamorado, gracias a la alerta de algunos vecinos a la policía, Renso Condori es detenido como sospechoso, quien en un inicio se declaró inocente, justificando su estancia en el lugar del crimen por la difusión de los medios digitales del suceso. Finalmente termina confesando su delito, reconociendo el ahorcamiento, y la autoría del incendio con la finalidad de despistar, así como, ocultar su crimen. El 25 de noviembre le dictan 9 meses de prisión preventiva en la sala de Mariano Melgar presidida por el juez de investigación preparatoria Edwin Esteban Huanca, a pedido de la Dra. Ticona Oviedo, titular del primer despacho de la Investigación Preparatoria de la fiscalía Provincial Penal Corporativo.


Los padres de Katherine, llegan la tarde del miércoles desde Juliaca-Puno quienes exigieron que se haga justicia para su hija, al tiempo que su hermana, pedía la cadena perpetua para el responsable.


Katherine Monroy caminaba por la vida con la seguridad de ir por el sendero correcto, responsable en los estudios lo combinada con su afición por el baile, contexto donde conoce a Renzo Condori, quien se convertiría en su verdugo. Ambos de 18 años deciden empezar una relación, que se fue mermando por la actitud celosa y controladora de Renzo, cansada de esta situación Katherine decide finalizarlo, sin imaginar lo que sucedería.


Renzo fue sentenciado a 16 años de cárcel en medio de un proceso judicial marcado por la indolencia hacia los familiares de la víctima. Kreimer Monroy, hermana de Katherine, dice que su familia no fue notificada de las audiencias y que la fiscal no estuvo presente en la sentencia del juez, desvirtuando la búsqueda de la pena máxima de 35 años al agresor que anhela su familia.


No hay un punto de quiebre, más mujeres siguen siendo asesinadas bajo similares circunstancias, sin que se avizoren soluciones concretas para poner fin a estos crímenes, esta situación concierne a toda la sociedad, pero hay una gran parte de la sociedad que califica o justifica estos delitos. Cada nueva víctima de feminicidio es la muestra de la incapacidad de actuar de forma coordinada, no solo se necesita de políticas, la sociedad debe asumir su responsabilidad.

agosto 31, 2022 0

UN FINAL FELIZ, EN MEDIO DEL DOLOR

 Por: Renzo Patiño Montúfar. 


Fernanda era una madre soltera que trabajaba en el Hospital Goyeneche, esperaba el bus vistiendo el uniforme celeste característico de las enfermeras, y con su largo cabello negro recogido en un moño. A pesar de tomar las medidas de bioseguridad contrajo el COVID y su caso tuvo tantas complicaciones que se llevó su vida, dejando a su única hija, Angélica, en la orfandad. Pero felizmente fue adoptada por la vecina y amiga de su madre Teresa.

 

Para los padres de familia siempre es complicado llevar el pan a su mesa, y más aún si uno solo de ellos cuida de los hijos. Esa era la vida de Fernanda, una vecina que encontraba frecuentemente en el mercado o en el paradero. A pesar de que todos usamos mascarilla, se le notaba feliz por ir a su trabajo, en su voz nunca escuchamos angustia o enojo.

 

Su pequeña hija Angélica siempre iba de su mano acompañándola por las mañanas. Fernanda llegó al vecindario con Angélica en brazos, cuando era apenas una recién nacida hace seis años. Los vecinos le dieron la bienvenida con gusto porque ella tenía una personalidad especialmente amigable y facilidad de palabra. Su reputación con los demás no tenía ninguna tacha.

 

Desapareció un martes y su ausencia no pasó por alto, a todos se nos hizo raro no haberla visto ese día pero pensamos en una excusa para justificarlo. Fueron pasando los días y la preocupación fue aumentando. Hasta que la tarde del viernes Fernanda fue a pedirle a una de las vecinas, Teresa, que cuidara de su hija hasta que regresara. Teresa de la niña cuenta que Fernanda tenía el rostro muy pálido y con ojeras, además de dificultades para respirar y una voz muy ronca, no se quitó la mascarilla aunque estábamos adentro, agregó. Estaba yendo para internarse.

 

No sabíamos si tenía más familia, nunca habló con nadie respecto a ese tema, supusimos que por ese motivo le confió a su única hija a la vecina con quien mejor se llevaba, eran como hermanas, incluso Teresa fue la madrina de bautizo de Angélica. Su última llamada fue la noche del sábado, y al día siguiente llamaron a Teresa por indicaciones de Fernanda, con el objetivo de informarle que esta última había fallecido por complicaciones del corazón sumado a la enfermedad respiratoria.

 

Aquella noticia fue inesperada para todos, ya que Fernanda era joven y como requisito para trabajar se había inoculado contra el virus. Angélica había perdido a la única familia que tenía, pero la peor parte le tocó a Teresa, perdió a su querida amiga y ahora tendría que lidiar con el dilema de como explicarle la situación a la pequeña. Su seguro cubrió gastos del funeral y sepultura, sucesos a los que gran parte de los vecinos asistió. Angélica no terminaba de asimilar la información, pero su expresión reflejaba que entendía que nunca más volvería a ver a su progenitora.

 

Teresa mantiene la promesa que le hizo a Fernanda, luego de unos días en el albergue y de papeleo consiguió la custodia de la niña y la cuida como si fuera una más de sus hijos. La pequeña está cada día un poco menos triste y gradualmente vuelve a ser esa chiquilla alegre que iba de la mano de su madre. Una historia triste pero con un final alegre para la más inocente de ellos.

lunes, 29 de agosto de 2022

agosto 29, 2022 0

GATO POR LIEBRE

 Por: Jhon David Quispe Carrión. 


‘’Vete corriendo, no mires atrás’’ fueron las palabras de la persona que nos acababa de estafar, mi amigo me miró y sus únicas palabras fueron: ‘’ Corre cholito’’ mientras se le dibujaba una enorme sonrisa de alegría en su rostro, corrimos por más de dos cuadras, estábamos muy exhaustos, hasta que por fin había decidido revisar su nueva adquisición, su rostro cambió repentinamente, de estar muy feliz a poner una cara de sorpresa, pues se dio cuenta que le habían dado una roca, ¡ASU MARE! Fue lo único que dijo, así es, nos dieron gato por liebre y me incluyo, yo también fui parte.

Una tarde que parecía normal como las demás, el sol ya estaba por ocultarse y yo estaba saliendo de la universidad, iba caminando por la calle Mercaderes, cerca del Panorámico, hasta que vi una cara conocida, mi pata del alma, mi causa, Joshe, mi mejor amigo, hablábamos de cómo nos había ido en el día, de lo que había almorzado y me contaba como se quedaba con la boca abierta y botando baba vez que veía a la flaquita que le gustaba.

Nuestra plática fue interrumpida por un sujeto que se nos acercó, un moreno, alto, que usaba una gorra marca Perú, nos ofrecía un teléfono de última generación a un precio

inimaginable. ‘’Solo dame 200 luquitas y es tuyo, se lo acabo de jalar a una parejita, pero no hagas roche que nos pueden ver’’ nos dijo, Joshe, unas semanas antes había perdido su teléfono en una de sus juergas de fin de semana, no tenía mucho dinero, pero si la intención de conseguir uno nuevo, así que, por azares del destino, aunque sabía que no era éticamente lo correcto, no dudo ni un solo segundo en sacar el dinero que llevaba en su mochila, pues su necesidad de tener un celular era más grande.

Presentía que algo estaba mal, pero no quise decir nada por el temor a represalias de aquel sujeto y confiaba que Joshe se iba a dar cuenta a tiempo, o que a lo mejor si iba a salir todo bien y mi amigo por fin tendría un teléfono nuevo, como fue la primera vez que nos pasó, no sabíamos cómo teníamos que actuar, así que después que mi amigo le entregó el dinero, fue  el momento de ponernos a correr…

agosto 29, 2022 0

“CÚRENME, POR FAVOR”

 Por Danna Felipe Benegas. 


“Me destrozaron la vida, no puedo trabajar ni culminar mi carrera, porque mi mano derecha está inservible, la mujer con quien soñé casarme, me abandonó, tras ver mi rostro desfigurado, por ello le ruego a Víctor y a Nicanor que me hagan curar, por favor”, dijo entre lágrimas José Vargas Calderón, el heladero que fue atropellado por una cúster del Sistema Integrado de Transporte (SIT) el 7 de julio del 2021.

 

Al promediar las 15:40 de ese trágico día, José se encontraba a bordo de su carrito heladero en el sector de Atalaya, distrito de Mariano Melgar, cuando el vehículo de placa de rodaje A4F-743 lo impactó, arrastrándolo por más de 30 metros.

 

Tras ello, el joven fue trasladado de emergencia al hospital Goyeneche. “Mi pareja en ese entonces me visitó ni bien se enteró del accidente, pero en vez de encontrar un consuelo en su visita, encontré más dolor del que ya sentía; y es que, tras cuatro años de relación me terminó” contó José.

 

“Luego de ser dado de alta me sentía débil emocional y físicamente, por lo que no pude ayudar a mis padres”. Gracias a su carrito heladero José podía aportar algo a casa, ya que la pandemia de la covis-19 truncó sus estudios, cuando solo le faltaba un año para terminar la carrera de mecánica automotriz en el instituto Senati.

 

En septiembre del mismo año, el dueño de la cúster, Nicanor Mendoza se presentó en la casa de José con una canasta de víveres, “hablamos y se comprometió a ayudarme; sin embargo, esa fue la última vez que supe de él; mientras que, el chofer que conducía ese día, Víctor Sambrano, ni siquiera lo conozco” dijo.

 

Lamentablemente, el SIS (Seguro Integral de Salud) no cubre una cirugía reconstructiva facial, la cual tiene un costo de 90 mil dólares debido a la gravedad de sus heridas.

 

Cabe precisar que Víctor, en el momento del accidente, no tenia brevete y que acumulaba 7 papeletas valorizadas en 2 mil 278 soles, mientras que Nicanor debe a la Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA) 8 mil 799 soles.

 

“Mi caso aún se encuentra en etapa de investigación preparatoria en la Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Mariano Melgar por el delito de lesiones culposas”, indicó.

 

Además, el chofer afirmó a los efectivos policiales que la cúster pertenecía a la empresa de transporte Etrabus, no obstante, el gerente general de esta empresa, Arnaldo Pinto, desmintió esto, diciendo que el vehículo es informal.

agosto 29, 2022 0

“UN DOLOR DE CRECIMIENTO”

 Por: Carlos Rafael Choquehuanca Palomino.


“Es solo un dolor de crecimiento”, fue lo que le dijeron los médicos en el hospital de Espinar. Fredizon un adolescente reservado aceptó el diagnóstico con alegría, después de todo, según los doctores que lo vieron, se vería más alto. Las vacaciones de verano llegaron y el dolor en la rodilla incrementó, ante la insistencia de su madre buscaron una segunda opinión, le hicieron otras pruebas, esta vez en Arequipa, el resultado, un osteosarcoma, para entenderlo mejor, “cáncer en el hueso”. Una enfermedad que lo mató. 

¿Qué sabes de Fredizon? ¿Se cambió de colegio?, eran preguntas comunes en el quinto “B”, solo semanas después lo supimos, nuestro compañero, esta vez sin cabello y cojeando, nuevamente ocupaba una carpeta en la parte de atrás de nuestro salón. En ocasiones, volteaba el cuello a la derecha y veía como de forma silenciosa se oprimía el pecho, cerraba los ojos e intentaba dar un respiro profundo para aliviar el dolor. De forma gradual, como el cáncer, las inasistencias de Fredizon se hacían más frecuentes. En una conversación, me explicó que era porque las quimioterapias tienen un calendario complicado, a pesar de eso nunca dejó de ser un buen amigo. Es probable que al inicio haya tenido esperanzas, pedía los cuadernos de los demás para poder igualarse.

Curiosamente después de que haya perdido cabello por las quimioterapias, este comenzó a crecer nuevamente como si fuese de un bebé, le molestaba un poco que sintiéramos pena, detestaba que le cambiemos el tono de la voz para preguntarle como estaba, él mismo quería participar de las “pichangas” del recreo.  Un día, recuerdo haber llegado tarde al colegio, vi dos muletas, un cuerpo que había perdido peso y el pantalón zurcido de una pierna, no era el momento de hacer preguntas. En el recreo, de alguna manera, él adivinó lo que un grupo de muchachos inmaduros querían saber, nos reunió para contarnos que el cáncer es como un grupo de hormigas que se van propagando por todo el cuerpo y que, en su caso, tenían su nido en la pierna que le cortaron. 

Más o menos dos meses después, una bolita en el pulmón y otra en el hígado, presagiaron el final. Se cansó de estar en el hospital, decidió pasar más tiempo con su familia, la morfina le permitía camuflar el dolor. Sus ojos se notaban dormilones, en su respiración sonaba resignación, una semana antes de verlo por ultima vez, fui al seguro a visitarlo y me preguntó: ¿Si alguien tiene mucha fe, puede curarse?

 La mañana en que se despidió, la directora nos ordenó que fuéramos al laboratorio, antes de eso habíamos preparado una bienvenida especial con música y danzas, pero él se negó a participar y prefirió entrar de forma apacible y silenciosa, cuando abrimos la puerta, ahí estaba él, más blanco que nunca y en silla de ruedas. Primero confesó su amor a una compañera, después se refirió a cada uno de mis compañeros por su nombre, nos recomendó valorar cada respiración, aprovechar las oportunidades. Hasta ese día esos consejos solo eran clichés para mí. Lo de Fredizon fue cáncer, lo que yo experimenté al escucharlo, fue “Un dolor de crecimiento”. 

agosto 29, 2022 0

“¡MALDITO BORRACHO!”

 Por Luis Daga Sánchez.




“¡Maldito borracho!”  Alcanzó a escuchar cómo le decía una voz de un niño de siete años, Jorge Pérez estaba ebrio, pero no inconsciente. Nunca había visto así, tan llena de rabia, la cara de su hijo porque su padre, una vez más, había llegado ebrio a la casa. Para ese entonces, Jorge llevaba ya buena parte de su vida embriagándose.

Comenzó a los 14 años. Lo primero que bebió fue la cerveza, y quedó atrapado. Poco a poco el consumo se hizo más frecuente y aumentó su intensidad. Al tener una cercanía con personas mayores, desarrolló un gusto enorme por el ron, lo bebía como agua. Era un alcohólico de carrera larga, nada lo detenía, bebía diario, Hasta esa noche del 2001. cuando su hijo le dijo lo que todos pensaban.

En 1994, producto del amor que existía entre Jorge y Marina, nació Javier, quien le obligo a tener más responsabilidades en su vida, pero no podía olvidar su vicio, Comenzó a trabajar como taxista, al principio, según Marina, él era muy responsable, siempre traía los alimentos para su esposa e hijo, cuando paso ya un tiempo comenzó a llegar más tarde a casa, oliendo a alcohol, y con un poco de fruta que llegaba a comprar en el mercado, después ya ni llegaba en dos días y cuando lo hacía, era solo a dormir.

La última vez en que llegué a cruzar palabras con él, que fue en la despedida de soltero de su hijo, y rechazando una copa de vino, me comentó que ya lleva más de 5 años sin probar un sorbo de alcohol, orgulloso por ese logro, pero más aun que no se perderá uno de los momentos más importantes de la vida de su hijo.

Fue una larga y difícil lucha contra este vicio, tuvo recaídas, comenta incluso que a veces quería tomar el camino “fácil”; pero contaba siempre con el amor de sui hijo y esposa, y eso le seguía dando fuerzas para volver a intentarlo empezó dejando de ir e incluso de pasar cerca de los lugares donde frecuentaba a tomar, trató de enfocarse más en su familia, en su hijo que a pesar de todo lo que sucedía, siempre sacaba muy buenos puestos en el colegio.

Me dijo, que no le gustaba ir a fiestas frecuentaba más los bares, a veces con amigos a veces solo, ya haciéndose más adulto y alcanzándole menos el dinero para ir a esos lugares, ya frecuentaba más las “huacterias”. Hubo un tiempo en donde decía el, estar sobrio, conoció a Marina, quien unos años después, se volvió su esposa, sin saber aun, o quizás no queriendo ver la situación de Jorge.

Comentaba que no era fan de las drogas, en alguna reunión con amigos probó, pero termino no gustándole, su afición era el alcohol, ni inyecciones ni esnifadas, ni caladas de cigarro, nunca fue violento, más bien con cada botella de alcohol se volvía más dócil.

Hasta el día en que escucho “¡Maldito borracho!” que pronuncio su hijo, en ese momento no le tomó mucha importancia por el sueño producido por el alcohol. Pero ese fue el punto de quiebre de Jorge, sintió que algo estaba haciendo mal, y que gracias a Dios todavía estaba a tiempo de remediarlo, lo pudo conseguir, teniendo fuerzas cada día para no volver a aquellos terribles momentos de su vida.

agosto 29, 2022 0

DEL OTRO LADO DE LA PARED

 Por: José Romario Huamani Huamani.


No estoy seguro de creer a Luis Gutiérrez sobre aquel suceso paranormal que vivió en un hotel de mala muerte en Camaná. Los datos no son exactos, comenzando por la fecha. A veces me dice que el hecho sucedió en marzo del 2014, pero cuando lo encuentro borracho, entre llantos, me corrige que todo paso en mayo, y lo repite enojado, confesando que fue el día siguiente al entierro de su mujer.


El comienza siempre de esta manera: “El tiempo no era favorable. Hacía una llovizna terrible. Una hora, una maldita hora, varado en la esquina de la calle Moral, cerca del primer hotel que encontré a eso de las 12 de la noche, esperando que alguien me abriera la puerta. Te juro que apenas si podía mantener el calor corporal metiendo mis manos en un viejo chaleco minero que llevaba puesto...”


Al viejo lo conocí en un juego de póker en un bar en el valle de Chorunga. Los pueblerinos comentaban que estaba loco. Y en cierto modo, a simple vista era un borracho más que olía a mierda y siempre andaba con harapos; no obstante, sus historias escondían a otro hombre. Él se refería asimismo como el más desgraciado de todos. En el momento de revelar nuestras cartas, Luchito, como le llamaban sus amigos, comenzó a tartamudear, y su boca, como si fuera de goma, se le fue a un lado. ¡Horrible escena! “Se le va a pasar”, decía una mujerzuela que nos traía la cuenta.  Y naturalmente..., pasado 30 minutos Luis volvía en si.


Era raro verlo en ese estado. Sus ojos... Parecía como si su tiempo se hubiera suspendido. ¿Qué secreto escondía? Solo alcanzaba a escuchar que decía susurrando que no podía volver a Camaná. Desde entonces me interesé por la historia de su vida. Y siempre que lo encontraba en el bar o en la calle me relata sobre la noche en que escuchó a un espectro del otro lado de la pared.


Una mujer de 40 años con un aspecto descuidado, sigue la narración de aquella noche, y un penetrante olor a sauce salió a recibirme. Parecía esperarme de toda la vida. De hecho, no hubo ninguna pregunta por parte de ambos. Recuerdo que la señora me ofreció la habitación 14, me dijo el precio y se fue. Yo solo deseaba darme una buena ducha y descansar, por lo que asentí a todo con la mirada. Al ingresar al cuarto sentí un escalofrió que recorría cada parte de mi cuerpo. Un cuarto pequeño con las paredes descascaradas y moho en el techo que me recordaba a mi centro de trabajo en la mina. Dejé mis cosas en la cama y me fui en dirección al baño a cagar.


Aquella noche me sentía incomodo y estresado. El día anterior acababa de enterrar a mi segunda esposa y por alguna sinrazón estaba más alerta de todo, o mejor dicho todo me parecía peligroso y a veces incluso me dolía la cabeza. Verás, siempre he sido piñoso para lo bueno. Por decirte algo rápido.: los hijos de mi primer matrimonio me salieron defectuosos. Uno terminó enfermo y el otro en la celda. Y es difícil, ¿sabes? Pasar toda tu juventud chambeando como burro para tener esta vida. Yo... es muy jodido tratar de pensar y pensar que todo estará bien cuando tus circunstancias no son favorables.


Mientras Luis se rasuraba la barba en el baño pensaba en su tierra, en su mujer fallecida y sus planes en el futuro. “Carajo, que mal estaré pagando”, se decía asimismo frente al espejo con la vos arruinada sosteniendo sus cabellos plateados. El reloj daba las dos de la madrugada y, sus pesados parpados apenas si podían continuar luchando contra el cansancio. De repente escuchó del lado derecho de la pared el sonido del agua cayendo intempestivamente. Se sobresalto del ruido. ¿Era acaso otro desafortunado? Luis deseaba que así fuera, pero no le dio importancia al hecho por lo que continuó rasurándose; sin embargo, el agua seguía cayendo 10, 20, 30 minutos. Y así continuó por unas cuantas horas. Luis apenas pudo dormir.


A las seis de la mañana el sonido del agua no se escuchaba, pero el miedo y la curiosidad lo dominaban, así que decidió preguntar a la encargada del hotel. Ella se sorprendió al escucharlo, porque en sus registros no había ningún inquilino en la habitación de lado. Y para asegurarse, porque Luis estaba convencido de lo que escuchó, ingresaron al lugar. El silencio de las paredes, las manijas del reloj en movimiento y la señora tratando de calmarlo le ocasionaron un malestar que empeoraría con el tiempo. Allí mismo decidieron orar y dejar el asunto cerrado.


A pesar de que dejé el hotel, me habla Luis, no dejaba de pensar en lo que había sucedido la noche anterior. ¿Era el cansancio? ¿Algún suceso paranormal? ¿Un fantasma? Esperaba calmar mi nerviosismo con un buen chilcano en el mercado, pero cuando estaba a una cuadra del lugar sufrí una descomposición, y mi boca comenzaba a salivar demasiado. Sentía que perdía el equilibrio de mi cuerpo y la noción de las cosas. Estaba enloqueciendo. Desde entonces nunca he sido el mismo. A veces me pasa como en el bar. Pero lo peor de todo es que tengo pesadillas todas las noches, y si no estoy ebrio me asusto demasiado. Me asusto... Ah..., carajo. Esa la vida de un desgraciado mi buen amigo, igual que los demás. 

agosto 29, 2022 0

LO DESCUBRIÓ ANTES DE MORIR

Por Daniela Rendón Zuñiga. 




María López Paz, con 70 años de edad, se enteró de que tenía cáncer gástrico 4 días antes de su muerte en el 2021. Supo de su mal cuando estaba hospitalizada. No fue un descuido. Sus 3 hijos le ocultaron la noticia. Ellos lo supieron 5 meses antes.

María López tenía constantes dolores de estómago. Por esa situación fue a un doctor particular que era amigo de la familia. Tras varios análisis el doctor informó a los hijos que la señora tenía cáncer en etapa terminal y que solo le quedaba unos meses de vida. Esa noticia les afectó mucho. Entre llanto tomaron la decisión de no informarle nada de esto a María ni a su esposo José Lazo.

Desde ese día, María recibió muchas atenciones por parte de su familia. La llevaban de viaje y siempre la consentían. Aunque su dolor de estómago era muy fuerte “tomaba pastillas para gastritis, pero no le pasaba el dolor” como ella mencionaba. A pesar de eso, ella siempre estaba de buen humor, hacía bromas con su esposo y jugaba con sus pequeñas bisnietas.

Meses después, José al notar estas atenciones hacia su esposa, le dio celos y confrontó a sus hijos. Les reclamó el “favoritismo” hacia su mamá sintiendo que lo dejaban de lado. Ellos se reunieron con su papá y le explicaron que María estaba enferma. Que sus dolores de estómago eran por el cáncer. Que ya no se podía hacer nada y que las pastillas que tomaba eran solo para el dolor. Al escuchar esto el señor solo se puso a llorar, era muy raro verlo así ya que él es una persona fría, que no mostraba mucho sus sentimientos.

Trató de tranquilizarse. Secándose las lágrimas preguntó ¿Por qué no se lo dicen?. La hija mayor, Giovanna Lazo, le respondió “Ya conocemos a mamá, al enterarse de esto se pondrá peor, se va a deprimir y es lo último que queremos. Pero no te preocupes papá ella estará feliz hasta el último día que nos acompañe”. En ese momento, entre llanto y desesperación, José entendió el porqué de las atenciones hacia María. A pesar de su dolor decidió también guardar el secreto. Desde ese día José la trataba de una manera muy especial y bonita. La llenaba de detalles y todos los días le decía cuánto la amaba.

Una semana antes de fallecer María se puso mal. La llevaron al hospital y la internaron. Los médicos ya no podían hacer nada y solo le ponían medicamentos fuertes para el dolor y la trataban de mantener estable. Un día entró el doctor a su habitación y tras la insistencia de la señora, le confesó que tenía cáncer y ya estaba muy mal. Le afectó esta noticia y tuvieron que sedarla para que esté tranquila. Al despertar habló con su hija y ella le explicó los motivos por el cual se lo ocultaron.

Días después, la familia tomó la decisión de llevar a su casa a María. Ya que estaba en el hospital y por temas de pandemia no la podían ver mucho. Ella quería estar en su casa. Así fue como una noche falleció en su cama al costado de su compañero de vida. Rodeada de toda su familia y a pesar de todo, se fue tranquila. Actualmente, es notoria la falta que hace y más para José que siempre menciona “Se me fue mi viejita y ahora estoy solo”. Desde su fallecimiento sus hijos van al cementerio todos los domingos y él le lleva sus flores favoritas.

Recuerdo que María me decía que ella quería morir primero antes que su esposo. No lo quería dejar solo porque sabía que él era dependiente de ella, porque la iba a extrañar mucho y porque no sabía cocinar a pesar de que la ayudaba. Antes de fallecer pensó en su esposo y le dijo a su hija que cuide a su papá, que ella los cuidaría a todos desde arriba. Y así es como actualmente sus hijos cuidan de él. Pero es notable la falta que le hace María, siempre nos habla de ella. Que fue su primer y único amor. 

agosto 29, 2022 0

UN PROFESOR SIN SUERTE

 Por: Andrea Alexandra Ramirez Ataucuri. 


Los constantes dolores de cabeza fueron avisos de la enfermedad. Ha pasado un mes desde que mi papá sufrió un accidente cerebro vascular (ACV) o también conocido como infarto cerebral. Una enfermedad que se produce por un coágulo sanguíneo que obstruye la circulación de sangre y oxígeno al cerebro. En cuestión de minutos las células del cerebro comienzan a morir.

 

Mi papá se llama Manuel. Él ha sido docente de matemáticas toda su vida. Él trabajaba y vivía en Mollendo. Estuvo solo el día del accidente. Lo colocaron en observación un tiempo, le hicieron una prueba de descarte de COVID19 y le dieron pastillas básicas. El procedimiento médico no fue el correcto hacía mi papá, lo mandaron a casa con pastillas para la presión y el colesterol elevado. Ni internaron a mi papá, ni solicitaron tomografías y tampoco lo llevaron a otro centro de salud por ambulancia. Tiempo después, me enteré que debieron haberlo trasladado e hospitalizado inmediatamente.

 

Mi familia siempre ha sido unida, sin embargo, debo admitir que vivir una situación como ésta nos conectó más. Mis tíos dejaron de lado sus diferencias y empezaron a trabajar en equipo. Mi tía Zaida estuvo a mi lado siempre. Todos mis familiares se juntaron para comprar una silla de ruedas a mi papá. Nos unimos.

 

En Mollendo no hay cardiólogos y neurólogos especializados. El centro de salud es ineficiente y descortés. El personal de salud fue insensible e indiferente con mi familia. Recuerdo ver a mi hermana y abuela llorar por una copia de la orden de análisis para mi papá (él había perdido todos sus papeles). Fueron días complicados. El infarto cerebral dejó a mi papá con una hemiplejia izquierda, disartria leve y con una leve desconcentración.

 

Pasó bastante tiempo para que el hospital nos diera el traslado a Arequipa. Fueron inmensas las reuniones con neurólogos. La doctora Medalith fue la primera neuróloga en revisar a mi papá. Ella me comentó que el tiempo fue fundamental. Soltó entonces unas palabras que retumbaron en mi cabeza “Posiblemente no pueda volver a mover su brazo” “¿Por qué no lo trajiste antes?” palabras que mencionó mirándome a los ojos. Entonces, la posible culpa no me dejaba dormir.

 

Debo admitir que empecé a culparme por lo que había sucedido, hasta el día de hoy mi mente no está tranquila. Dentro de creció una desconfianza por todo profesional médico y una inseguridad atroz. Empecé a dudar de todo los doctores que revisaban a mi papá. Dude de las pastillas, los exámenes e incluso de los resultados.


El Doctor Enrique Salcedo Calderón me comentó que mi papá había sufrido negligencia médica en Mollendo. “Inmediatamente debieron traerlo por ambulancia” “No le dieron ni anticoagulantes, alteplasa, nada”, “Debieron exigir una movilidad especial” fueron las palabras del doctor.

 

La mayoría de doctores que se reunieron conmigo concluyeron en lo mismo: “El tiempo fue clave, no va a volver a mover el brazo”. Más adelante, mi papá se enteró de todo, incluso la neuróloga Diana Pampa le aconsejó jubilarse. Palabras directas, sin tapujos, sin empatía. Palabras que chocaron en él, ya que, al día siguiente no quiso continuar con su terapia física.

 

Durante muchos días mi papá empezó a decir: “Por las puras gastas, no me voy a recuperar” o “¿No dicen que debo jubilarme?”. Poco a poco le quitaron su fe y voluntad. ¿No es acaso un doctor el responsable de salvar una vida? ¿No deberían motivarnos a salir adelante?. Realmente, ¿Existen buenos doctores? Supongo que sí, pero mi papá no tuvo suerte.


agosto 29, 2022 0

EL ÁNGEL GUARDIÁN DE MARIA

 Por: Yanela Sayla Huaman Llamocca. 


En la antigua alameda de Alto Selva Alegre se oye la voz de un vecino de la zona, decir: “Maria, ¿Cómo estás?, le pregunta. Ella, esbozando una sonrisa de oreja a oreja, responde: “Mucho mejor, gracias a Dios”. Aunque la mayoría de personas podría tomar este saludo como algo normal, para Maria, este saludo resume la bendición que recibió a inicios de este año, cuando recibió un trasplante de hígado. “En el momento que más necesité, mi ángel apareció”. Se trataba de Juan, quién murió en un asalto a mano armada, pero con el respaldo de su familia, pudo donarle un órgano a Maria.


A sus 20 años, Maria Suarez, estudiante de la Universidad Continental en Arequipa, fue diagnosticada con una hepatitis autoinmune, generada por el ataque de su sistema inmunológico a su propio hígado. Le generaban problemas de salud que la llevaban de emergencia al hospital a cualquier hora del día. Con la mirada al cielo, y los ojos llenos de lágrimas, atinó a decir: “Sin darme cuenta, me convertí en una caserita del hospital”.


“La fatiga al momento de desarrollar mis trabajos universitarios, o el solo hecho de estar con mis amigos en una reunión, me hacían sentir como si fuese una anciana. Los dolores abdominales que presentaba al momento de querer realizar algún ejercicio, o actividades tan simples como querer caminar de mi casa en dirección a la universidad, me generaban fuertes dolores en el cuerpo. Sin duda, este fue el inicio de mi mayor calvario”, mencionó Maria mientras miraba a dos niños corriendo por el pasto verde.


Con la ayuda y el apoyo incondicional de su familia, Maria pasó a formar parte de la larga lista de espera para trasplantes por donante fallecido, debido a que requería de un hígado completo para mejorar su condición de vida. Tras sufrir cuatro fuertes recaídas, siendo estas dos últimas, aquellas que pusieron en riesgo su vida, pasó a convertirse en prioridad dentro de la lista. Asimismo, incrementó en ella, la incertidumbre de lo que le podría pasar más adelante si no se llegase a encontrar un donador.


“Los doctores me dijeron que, si no se llegaba a encontrar un donante en menos de dos meses, para poder ser trasplantada, las probabilidades de morir serían muy altas. En ese momento, fueron las palabras más duras que llegué a escuchar en mi corta existencia. Al salir del consultorio, las lágrimas empezaron a caer incesantemente por mis mejillas”.


“En ese momento, un banco de plástico que se encontraba frente a la puerta del consultorio fue mi sostén. Sentada, miles de pensamientos empezaron a inundar mi cabeza llegando a una conclusión: Como no podía desear que alguien muriera para salvarme, decidí ponerme en las manos de Dios”.


“Coincidentemente, las sirenas de una ambulancia empezaron a irrumpir en mis pensamientos. ¡Ayuda por favor, mi hermano está muriendo!, fueron las palabras de un hombre que llegué a escuchar a lo lejos del pasillo. Sin imaginar, que aquel hombre moribundo, se convertiría en el Ángel que tanto estaba esperando”.


“Maria, gracias a Dios que te encuentro, hemos hallado a tu donador, el hígado de esta persona es compatible contigo”, atinó a decirle la enfermera tocándole el hombro. Tras 12 horas de cirugía, 20 días de recuperación y una semana y media en aislamiento, Maria tuvo la oportunidad de conocer en su interior a su Ángel. “Para mi Juan es una persona a la que jamás conoceré, él y su familia me dieron una segunda oportunidad de vida”.

sábado, 27 de agosto de 2022

agosto 27, 2022 0

MIS TRES YO’S

 Por: Kelly Luna Suarez.


Soy Esther Beltran, tengo 22 años y tengo TID (trastorno de identidad disociativo o personalidad múltiple). Es cuando una persona está bajo el control de hasta 8 identidades distintas de forma alternativa, pero en otros casos alcanza hasta 15. Además, algunas veces no se puede recordar información tales como:  acontecimientos cotidianos, información personal importante y/o sucesos traumáticos o estresantes.

Para mí es como una desconexión del momento, como si las otras 3 identidades quisieran tomar el mando de mi cuerpo, a veces siento que el tiempo no pasaba igual en algunos momentos, no recordaba algunos hechos, despertaba en otros lugares y no sabía porque estaba ahí, las personas a mi alrededor me decían que estaba haciendo algo inusual que no solía hacer, o estaba muy motivada.

Mis tres yo’s te invitamos a que nos conozcas, pero no tan a profundos, ya que a una de ellas le incomoda que invadan su espacio personal y puede despertar sus impulsos agresivos…

Persona N°1 (Pasivo)

El primer día en que empecé a notar estos cambios fue cuando iba a un encuentro con dos primas Carla y Mariana, ellas venían de Lima por una semana de sus vacaciones y a la vez que visitaban a mi abuela, nos fuimos al karaoke y luego a un cine box, todo estaba siendo tan divertido. En el momento de escoger la película, ellas cuentan que me quedé mirando por varios minutos al suelo y de la nada mi expresión de la cara cambió.

Se asustaron por un instante ya que cuando me llamaban por mi nombre no respondía. Mariana se acercó a mí y me tocó el hombro derecho, ellas dijeron que me levanté de un salto y salí para la calle, compre una botella de agua y me fui caminando. No entendían que pasaba, asustadas me siguieron y vieron como me sentaba en la pequeña plaza. Sintieron tanto miedo de preguntar qué era lo que hacía, a lo cual respondí: “Me sentí incomoda, no me gusta ese espacio cerrado”.

Estuve como 15 minutos ahí, mirando a las personas caminar, y tomando de la botella de agua, luego decidieron tocarme el hombro de nuevo para regresar al cine box, ellas pensaron que era una broma de mal gusto, me levanté y mi expresión volvió a cambiar, era yo de nuevo. Me volteé hacia ellas y les pregunté: ¿Por qué estamos afuera?

Carla soltó una risa incómoda y malhumorada mientras que decía: “¿Me estás jodiendo? Si querías asustarnos hoy, pues lo conseguiste, pero no me gustó esta broma”. Enojada, tomó la mano de Mariana y se fueron en el primer taxi que paró. Todo lo que pasó se lo contaron a mi madre, lo peor es que ella me miro con decepción, ya que yo no era de hacer estas cosas. Ellas se enojaron conmigo y no me hablaron durante los días restantes de su visita.

Mi madre ya comenzaba a sospechar y me sentó en la mesa para conversar: “Esto que acaba de pasar no es la primera vez, así que quiero saber que es lo que pasa contigo, tu no eres así”, comencé a llorar y le contesté: “Yo tampoco lo sé, no comprendo que es lo que está mal, yo no hice nada de lo que dice ella, no lo recuerdo”, ella me respondió: “Mañana iremos a visitar a un psicólogo, es una amiga que te ayudará en lo que quieras, quizá a mí no me lo puedas contar, pero ella será alguien en quien confiar”.

Al día siguiente empezamos con la primera sesión, mi madre le contó lo sucedido, la psicóloga me indicó que podría ser un cambio emocional, pero aún no justificaba por qué no recordaba lo que hacía, así que tuvimos 15 sesiones más, en la última resultó que tenía TID y esta nueva personalidad sería todavía un inicio de la segunda, y luego tercera, pero debería aprender a controlarme y controlarlos.

El primer paso fue aceptar que tenía que lidiar con las personalidades, el segundo paso es conocer más y ver qué es lo que le incomoda. Por ejemplo, esta primera personalidad es pasiva, no le gusta los espacios cerrados, toma mucha agua cuando se siente nerviosa, no le gusta el cabello suelto, le encanta las poleras, odia los colores fuertes, no le gusta maquillarse, pero trata de que se vea un poco natural, su bebida favorita es el agua con gas de limón, odia socializar y no le gusta pisar las líneas, todo debe estar ordenado y no debe de estar sucio la habitación o el lugar donde se vaya a sentar.

A ella le gusta salir entre el medio día y lo bueno es que poco a poco me está dejando recordar que es lo que hace mientras ella está al mando, por ahora tengo un camino largo por descubrir porque siento que ella tiene más cosas escondidas y trato de descubrir que es lo que quiere.

Persona N°2 (Agresiva)

Conocí a esta personalidad cuando salía con mis amigos, era fiestera pero la más malcriada de todo el grupo. Mi vestimenta era super exagerada, maquillaje alrededor de los ojos de color negro, cabello suelto y despeinado, odia las faldas y vestidos, pero lo que más le gusta es siempre decir la verdad sin importar que tenga consecuencias o afecte a las otras personas.

Puedo decir que el día que se manifestó, me escape de casa para ir a la fiesta de una de mis mejores amigas, recuerdo ir con un polo escotado y pantalones negros. Cuando llegué empecé a beber y a bailar, pasaron uno instantes cuando un chico se me acercó y me invitó a seguir bailando con él, le dije que no y me aparte a un grupo de puras chicas, él insistía demasiado que acabó irritándome, de la nada lo agarré del brazo y le dije: “asqueroso pervertido, te dije que no y si no quieres seguir enojándome, aléjate de mí”

Él pensó que era una broma y me tomó de la cintura, no soporté y le di un golpe en su mejilla, fue tan escandaloso y vergonzoso, algunos chicos lo sacaron y no lo tomaron con importancia. Regresé a casa y mi madre me esperaba sentada, me gritó, pero no hice caso, tampoco me importó.

Esta personalidad me dejó recordar todo bien detallado, sim embargo si yo hubiera tomado el control, no hubiera ido a esa fiesta, hasta ahora con recordar me siento incomoda. A ella no le gusta que toque su ropa y sus joyas y, que algunas veces no diga la verdad, si pasa esto, ella quiere salir y decirlo a toda costa. A veces me desespera un poco, pero a quien más he estado controlado es a esta personalidad, pero olvidé monitorear a las otras 2.

Persona N°3 (Suicida)

Esta es una personalidad con la que he lidiado desde que se manifestó. Empezó cuando recordaba sucesos traumáticos de mi infancia en periodos cortos pero sucesivos, comenzaba a hacerlos realidad, es decir, algunas veces lo “teatralizaba” inconscientemente, algunas veces lo digo en voz alta ocasionando que la gente me mire de una manera rara e incómoda.

Ella es demasiado delicada, es demasiado sensible, creo que con solo hablarle se pondría a llorar y echarse la culpa por existir, es demasiado exagerada y lo peor es que puede idearse para hacerse daño.No le gusta mucho espacio, prefiere quedarse sentada en una esquina, esto provoca que la personalidad uno se incomode, a veces no ordena y se queda sentada o echada.

Creo que ella siente que no tiene valor, siempre me hace recordar una y otra vez todo el daño que sufrí en la infancia.

Llega a incomodar, pero es demasiada terca, ama el metal y el punk, no le gusta salir y no reclama, solo llora sin consuelo. Como es demasiado sumisa, la he podido controlar en un 80%, al principio me sentí bien porque ya estoy empezando a lidiar con ellos.

Ya para la casi última sesión del mes con la psicóloga me dijo que ya pasé la etapa de la aceptación, ahora falta la etapa de la convivencia y la lucha constante para evitar que no me hagan daño. Me dijo que algunas veces se pueden unir para provocarme que me sucedan cosas tanto malas como buenas, que no me confié y que siempre este conversando con ellas.

También me recetó antidepresivos, me ayuda un poco porque tengo unas pequeñas horas sin escuchar las voces de las demás, pero lo que si me sucede más seguido son los dolores de cabeza. Me estoy tratando de acostumbrar, sé que podré seguir viviendo en la sociedad con este trastorno, y no dejar que me dominen, solo es cuestión de conversar ¿Qué mal podría pasar?