viernes, 2 de septiembre de 2022

QUE ME FALTE TODO, MENOS MIS PADRES

 Por: Renzo, Miranda Ninahuaman. 



Mi madre Emiliana y padre Nicanor llegaron de viaje de la provincia de Caylloma a Arequipa. Donde lamentablemente se contagiaron de Covid. Mis hermanos y yo estuvimos preocupados y angustiados durante 1 mes por la salud de mis padres. Donde hicimos todo lo posible para que se recuperaran y puedan ver a su familia otra vez.


Tristeza, impotencia, rabia y mucha pena. Así estuve en la clínica Vallesur sentado al costado de mi madre y mi padre. Viendo sus rostros caídos y desganados. Mientras la enfermera ponía oxígeno para cada uno. Entre tanto ajetreo por los doctores, enfermeras y pacientes. Mientras que mi hermano mayor estaba en una esquina realizando un sin fin de llamadas para conseguir siquiera una cama UCI solamente para mi madre, que era la más grave.


Sin ninguna respuesta por si había camas, tuve que ir en busca de una. Desde la clínica Arequipa. Hasta la clínica San Pablo, ninguna sin éxito. Llame a mi hermano para decirle que íbamos hacer. Pero mi hermano dijo, tranquilo ya están ingresando a mamá. Sentí una gran paz, seguida de un poco de calma. Después de esa llamada, solo pude sentarme con ojos llorosos a pensar de como la vida era tan corta. Y que, en lo personal no había valorado a mis padres, pero como dicen: algo tiene que suceder para aprender a valorar los más importante que tienes, como tu familia. En ese instante solo dije en voz baja “que me falté todo, menos ellos”.


Me sentí aliviado por unos momentos, pero rápidamente tuve que regresar a la clínica. Cuando llegue solo vi a mi padre, sentado en una esquina desganado y con una mirada de preocupación por la situación de mi madre. Me senté a su costado para tranquilizarlo un poco. Ya que el también estaba en la misma situación. En esos instantes vino el doctor a tomar la presión y ver los niveles de oxígeno de mi padre.


Después de eso el doctor, dijo que mi padre también iba ser ingresado, mi padre me miro a la cara y me dijo:


Renzo quiero irme a casa. Yo le conteste de que no era una opción. Amablemente estuve explicando a mi padre las razones por la cual tenía que aceptar ser ingresado a la clínica. Luego de una larga charla con mi padre, él estuvo más tranquilo esperando pacientemente ser ingresado al interior de la clínica, para que adentro lo tengan bajo monitoreo constante igual que mi madre.


Así estuvimos esperando por varias horas, mi padre aprovecho en descansar un poco en el sillón. Mientras que mi hermano mayor y yo nos turnábamos. Para quedarnos con nuestro padre. Ya que muchas veces teníamos que salir a conseguir los medicamentos para mi madre. Además de traer cosas esenciales para los dos, ya que se iban a quedar internados.


Al promediar las 10:00 de la noche, llego una enfermera para llevarse a mi padre. En ese instante vi a mi padre con una mirada de miedo. Seguro pensando en que tal vez no iba salir de la clínica nunca más. Rápidamente me arrodille para estar a la altura de su regazo, agarre sus manos y le dije: Papá no te preocupes, todo va estar bien.


Mis hermanos y yo nos vamos encargar de todo, tu solo preocúpate por tu recuperación al igual que mi mama, nosotros estaremos bien. Así mi padre se fue alejando en una silla de ruedas, para ser ingresado.


Ya después de que mis padres estaban ingresados en el hospital, mire a mi hermano y le dije: Tengo mucho miedo.


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