Por: Martin Eduardo Arapa Quispe.
La conozco desde
hace 2 años cuando un rayo de luz llegó a mi familia, una feria itinerante
abría en la Av. 54 distrito de Cerro Colorado. En medio de la crisis económica que
pasábamos no tuvimos más opción que conseguir un puesto, la verdad es que no
puedo quejarme, aunque era mi primera experiencia en una feria me gustaba
ayudar con lo que fuera posible. No me arrepiento porque estaba a punto de
descubrir múltiples historias que cambiarían mi forma de pensar, la más
insignia es de la “fiera”.
Aún recuerdo la
primera vez que la vi, parecía una señora escuálida sin fuerzas, pensé habría
sido una víctima más de los efectos Covid-19, transcurrieron los días y como en
todo sitio las peleas y discusiones por los puestos no se hicieron faltar, ella
en especial logró abarcar muchos sitios, podía darse el lujo de regalarlos y lo
digo con tanta seguridad porque yo fui un afortunado, desde entonces he podido
observar más de cerca y conocerla un poco mejor.
Es sorprendente
ver todos los estados de ánimos que tiene y la facilidad para cambiar de uno a
otro, no negaré que muchas veces me engañaba con sus actuaciones, pero ¿en
realidad eran mentira? Es una pregunta que hasta el día de hoy me hago. Y no lo
digo por exagerar tú la podías verla de lo más indefensa, una persona humilde,
hasta vulnerable, pero cuando había una pelea se olvidaba que tenía 65 años o
de cualquier enfermedad que padeciera, solo para encarar a quien se le pare.
Solo para poner de
ejemplo recuerdo que hace aproximadamente dos meses la señora Eliana tuvo un
problema con la municipalidad, pocos días antes se había peleado con su
compañera de puesto, yo y todas las personas que vinos podíamos dar razón que
la culpa era de la “fiera”, en plena discusión se lanzó sin temor para agredir,
pero cuando llegó el fiscalizador se acercó a él a solas, yo estaba mirando y
pude notar sus “lágrimas de cocodrilo” nunca olvidaré el momento, esas lágrimas eran tan reales que
yo mismo me puse triste por ella. La autoridad había llegado para reprimirla y
en un momento la situación había cambiado, ahora ella era la víctima.
Es difícil saber
cuál será su siguiente movimiento, yo estoy intentando entenderla, pero cada
día es más complicado, le gusta mentir para conseguir lo que quiere, así que cuando
hables con ella ten cuidado porque nada es lo que parece, darle información es
invitarla a aprovecharse de ti.
Si hay algo que no
puedo negar es que daría la vida por su familia, como toda madre me ha
demostrado constantemente que el amor a sus hijos va más allá de cualquier pensamiento,
aunque por lo que he visto ¿Será cierto?
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