viernes, 2 de septiembre de 2022

SIN TIEMPO PARA LLORAR

 Por: Miguel Angel Farfán Rodríguez. 



“Aquí no hay tiempo ni de llorar, cuando eres migrante y tienes que hacer el día apenas sobrevives con 15 soles diarios (…) Tienes que ponerte una máscara y seguir luchando el día a día para completar y juntar el poco dinero que necesitas, es un asunto de supervivencia, donde no cabe más nada sino trabajar, no hay otra opción”, comenta Alixe resignada al abuso laboral que vivió en sus primeros años en las duras calles de Lima. Con 43 años tuvo que huir de Venezuela por denunciar la doble moral del gobierno de Nicolás Maduro. Ser una mujer transexual migrante agravó su situación y durante 6 años tuvo que soportar todo tipo de maltratos y abusos. Una violencia sin sentido que la orilló a vivir con el hecho de no saber si mañana seguiría viva…


 

“He sufrido más discriminación por ser una mujer trans que por ser una migrante venezolana desde que llegué al Perú”, es decir, las condiciones de vida se agravan aún más siendo una persona trans, “es como que ambos tengamos un par de dados y el de ellos tenga varios números para lanzar y el mío solo tenga el número uno, por más que lo lance mil veces me sigue saliendo el uno, entonces las condiciones para nosotras las personas trans son más cuesta arriba” explica. “Las personas lamentablemente asocian tus capacidades cognitivas con la imagen que se hacen de ti, de lo que pueden ver en el exterior” agrega, recordando las decenas de veces que la rechazaron sin mayor explicación.

 

De nada le sirvió más de 15 años de experiencia en medios de comunicación, ni sus valores, ni su educación, ya que, al buscar trabajo, lo único que en verdad importó fue su apariencia. “Conozco muchas personas migrantes que no son trans que fácilmente pueden tener incluso hasta 2 trabajos, el hecho de poder relacionarse sin la barrera de la imagen, les permite acceder a un ingreso relativamente mejor” enfatiza. Aun así, Alixe nunca dejó de intentarlo, salió adelante en lo que ella denomina un “sistema cuadrado” que excluye a la diversidad a vivir en las condiciones más duras al no cumplir con las expectativas que la sociedad espera comúnmente. 


 

Alixe a pesar de todo ha superado con mucho dolor las expectativas de vida de su comunidad que, para la región latinoamericana, la esperanza de vida de una mujer trans es de 30 a 35 años. Sin embargo, no ha sido ajena a la muerte ya que, “varias compañeras, debido a que no tuvieron el acceso a su tratamiento o a que lo abandonaron, fallecieron sufriendo bastantes complicaciones” comenta, refiriéndose a las pérdidas que tuvo que vivir desde que llegó y durante la pandemia, donde los derechos a la salud de Alixe también fueron violentados en múltiples ocasiones al no recibir un trato igualitario.

 


“Un día tuve que acudir a un centro de salud porque tenía una fuerte gripe y muchos días de fiebre, era la primera vez que vivía un invierno, y yo trabajaba en la calle vendiendo caramelos en autobuses. Me vi obligada a ir a un centro de salud, aunque pagué mi consulta simplemente se limitaron a ponerme un aparatito en el dedo. Varias veces me los pincharon, yo no sabía para qué. Resultó que me hicieron pruebas rápidas de VIH sin mi consentimiento” recuerda Alixe con mucha impotencia, “igual no me atendieron y me sacaron del centro de salud con la fiebre sintiéndome mal, con los dedos pinchados y con cajas de condones, y de lubricantes, y además con una sonrisita estúpida que nunca entendí de parte de la enfermera (…) fue terrible para mí, me sentí tan mal como persona, yo realmente estaba mal y no se compadecieron. Qué triste me sentí y cuan sola me sentí el hecho de no tener ningún apoyo, nadie que me escuchara”, finalizó.

 


Como Alixe, a diario decenas de mujeres trans migrantes reciben todo tipo de violencias y señalamientos. Algunas viven para seguir luchando dejando lecciones de coraje y valentía, para que las siguientes generaciones no pasen por lo mismo. El viaje de Alixe aún no ha llegado a su fin, hoy inspira con su lucha y activismo a que su historia no se replique más.


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