jueves, 1 de septiembre de 2022

CANDIA Y LA NECESIDAD DE PODER

 Por: Sergio Salas Yaro.  

Gusta del fútbol y el helado. Es abogado, pero nunca ha ejercido su profesión, sabe calcular muy bien los escenarios políticos y se frena cuando se trata de tomar decisiones. Sin embargo, es hiperactivo y bromista. Le gusta el merengue house de los 90, su baja estatura y su formación militar han marcado su vida. Usa barba para disimular lo mucho que ha engordado. Omar Candia Aguilar, el actual alcalde provincial de Arequipa acostumbrado a tomar decisiones en su carrera política durante 12 años consecutivos de poder, podría acabar en la cárcel.

 

Una amenaza de 9 años de cárcel y la indemnización de dos millones de soles, no le permiten conciliar el sueño, desde que ganó la alcaldía de Arequipa, su vida se complicó en sobremanera. Ante la pregunta; ¿Si tiene miedo de ir a la cárcel por el proceso judicial que hoy viene enfrentando? Su respuesta es una mirada esquiva, manos atrofiadas, inhala y exclama cual suspiro; “Las instancias competentes demostrarán mi inocencia, no tengo nada que temer, no hay pruebas en mi contra, estoy siendo procesado por hechos que se me atribuyen y están plagados de medias verdades y mentiras”.

 

Atrás quedaron los tiempos cuando era el más protegido de la familia y su padre Julio Candia, lo llevaba de la mano todas las mañanas al colegio primario “Niño Jesús de Praga”, donde el pequeño Omar, a pesar de su baja estatura destacaba por su inquietud. Nadie imaginaría que 30 años después ese pequeño niño se convertiría en alcalde de la ciudad de Arequipa. A los 17 años se inició en la política, en su época de cachimbo en la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional de San Agustín.

 

Era 1999 cuando postuló por primera vez al centro federado. “Desde entonces nunca más me alejé de la política, hice política en la universidad, formamos parte de una lista justicia y cambio, luego formamos un movimiento político estudiantil libertad de expresión, un proyecto mucho más ambicioso que quería estar presente en todas las facultades”. Llegó de voluntario a la red Interquorum, donde rompió algunos paradigmas y estereotipos de como pensar en democracia. “Además teníamos que enfocarnos no solo en la política universitaria, si no enfocarnos en los problemas sociales, fui voluntario de la comisión de la verdad y derechos humanos, formamos una organización en Alto Selva Alegre llamada el centro de proyección social cooperando”.

 

Su primera campaña la ganó tocando puertas a los vecinos del distrito de Alto Selva Alegre, a sus 29 años fue elegido por primera vez alcalde. “En ASA hemos hecho varios cambios sustanciales en temas de limpieza pública, obras para el deporte y en la mejora de la salud”. Sus ojos brillan recordando el manejo de un distrito más pequeño, al que siempre agradece por la oportunidad de ser alcalde durante 8 años donde aprendió sobre gestión pública y otros avatares de la vida.

 

Fue también en Alto Selva Alegre donde inicio su calvario judicial, luego que la Contraloría lo acusó de direccionar la licitación del proyecto de seguridad ciudadana. Por la compra de 40 cámaras de vigilancia y un centro de monitoreo para el distrito. Por un monto aproximado de 2 millones 346 mil soles. Desde entonces la Fiscalía le imputa el cargo de colusión agravada y pide su condena.

 

“Quién repara ahora mi dignidad, quien señores, todos estos años, ha venido sufriendo mi familia, mis hijas, mi madre tiene, más de 80 años”, exclama iracundo cuando le mencionan sobre su proceso judicial que se ha aperturado en más de una vez. Para llegar al poder tuvo que afianzarse como secretario del movimiento regional Arequipa Renace. Ya en su gestión de gobierno, al no poder cumplir con todas las promesas con sus partidarios, comenzaron las fricciones internas, generando una cosecha de rivalidades gratuitas. El partido por el que había luchado tanto sencillamente se disolvió ante la ola de denuncias de sus miembros.

 

Su gestión inicio con la promesa de un sistema de transporte moderno, y convertir a Arequipa en la ciudad líder del Pacifico Sur. Casi cuatro años después, para muchos su gobierno será recordada por una fallida implementación de las ciclovías, y por no avanzar en la mejora del transporte.

 

Hoy esta en pleno proceso judicial, Omar Candia ha solicitado que se revoque la sentencia o que se declare nula, para ello ha interpuesto un recurso impugnatorio para anular los 6 años de prisión efectiva que recibió en primera instancia. Mientras que el Ministerio Público pretende que se eleve la condena a 9 años, por considerarlo autor del delito de colusión agravada. La estocada de poder que añoró algún día, hoy está a punto ensombrecer su carrera y su libertad.

 

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